Uno de los arquitectos más influyentes, es autor de algunas de las obras más fundamentales del país. Fue durante sus veranos en el campo de la familia cuando comenzó su interés por la arquitectura y decidió que ese era el camino profesional que quería seguir. Se recibió en 1914 después de tomarse un tiempo para dedicarse a la pintura y decidió volver al campo. Sus primeros trabajos fueron en cascos de estancias de amigos y familiares que confiaban en su estética de clara inspiración francesa. Justamente ahí termino de definir su estilo cuando se mudó por unos años a la Ciudad de la Luz e incorporó el neoclasicismo y el modernismo. Ya de vuelta en el país, los contactos políticos y de la alta sociedad le jugaron a su favor, otorgándole proyectos de grande escala que aún hoy admiramos. “El arquitecto Bustillo en mi época de estudiante en la UBA, fue en mi opinión, injustamente desvalorizado, solo reivindicando algunas pocas de sus obras. Su figura es enorme, y su excelencia ejemplar. Recomiendo caminar por Buenos Aires y ver su legado” opina el arquitecto Carlos Galli de La Compañía. En 1982, el mismo año de su fallecimiento, Alejandro Bustillo recibió el Premio Konex como uno de los cinco mejores arquitectos de la historia en Argentina.