Lucio Morini es una de las caras más reconocidas de la nueva generación de la arquitectura argentina. Autor de importantes obras en la ciudad de Córdoba -excepcionales para un arquitecto que ronda sólo los cuarenta años- como el Museo Caraffa, la refuncionalización del Palacio Ferreira y los Ateliers Ciudad de las Artes, todavía va por más: se encuentra inaugurando el Centro Cívico del Bicentenario que ya se transformó en un hito y emblema de la capital cordobesa.
Morini nació y se crió rodeado de arquitectura. Es hijo de Sara Grámatica y Jorge Morini, titulares del reconocido estudio GGMPU, el más importante de Córdoba, y uno de los más prestigiosos del país. Si bien tiene su propia oficina, se asocia a la de sus padres para las obras públicas conformando un equipo donde su originalidad y creatividad se potencian con la experiencia y trayectoria de GGMPU.
Pero lo de este arquitecto no es un problema de escalas. Si bien afirma no tener un método para proyectar, su manera encarar un encargo es la misma para pocos metros cuadrados o para la obra a escala urbana: se trata de «ese» momento de inspiración donde resuelve en pocos minutos y con mucho desarrollo posterior lo que aspira que sea una obra que sirva para transformar y mejorar la vida de las personas.
Generador de polémicas por sus dichos y sus obras, realizó un posgrado en Harvard y ostenta lo que todo arquitecto quisiera tener como parte de su curriculum: el haber trabajado en los estudios de Herzog & de Meuron y de Sasaki Architects.